Se imprimen desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XX, pero sobre todo en el siglo XIX, cuando fue un objeto para el entretenimiento de niños y adultos.
Es un teatro a la italiana en miniatura, generalmente era colocado sobre una mesa. Los títeres son a escala de los actores reales en relación al teatro, animados lateralmente con tiritas de cartón o metal por el narrador que generalmente se encuentra detrás de la mesa.
A partir de la década de 1970 varias compañías europeas comienzan a llevar a escena sus creaciones en esta técnica, sobre todo en Francia y Alemania, creando una vertiente de teatro contemporáneo a partir del teatro de papel y enriqueciéndola con recursos escénicos especializados, como la actuación, el diseño sonoro, el canto, el baile, etcétera.
Uno de los más reconocidos creadores que acoge esta técnica es el director francés Alain Leccuq, quien la dio nueva vida a su manera, digamos que de acuerdo a su tiempo:
“No se trata de hacer reconstrucciones de los teatros de época, sino de buscar la actualidad de este género a través de la forma y el fondo. El teatro de papel es un cruce entre el teatro, el cuento y los títeres. Esta alianza otorga a los textos ecos y relieves insospechados.”
Alain Leccuq es director de PapierTheatre y director del RENCONTRES INTERNATIONALES DE THEATRES DE PAPIER que se realiza en Francia cada dos años.
En México el teatro de papel ha tenido un interés creciente entre los creadores, especialmente entre los titiriteros, quienes han tenido diversos acercamientos. Aun es una técnica poco empleada, son pocos los creadores que la han incorporado a su propuesta escénica. Las compañías Tinglado de Pablo Cueto y Badulake Teatro de Adriana Martelli, han encontrado gran aceptación a sus obras y se han presentado con éxito en festivales internacionales, abriendo nuevas ventanas para el desarrollo y la difusión de esta especialidad escénica.
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